Mi Barrio en Bangkok

La Paz en el Barrio

La Paz en el Barrio

Alor Setar, Malasia, Septiembre, 2013

Muy pocas veces durante el viaje he disfrutado tanto vivir en un barrio por un periodo de 20 días como el que viví en Bangkok. La casa donde nos quedamos era de tres pisos y había sido el hogar de una gran familia china. Lo podías deducir por todas las calcomanías de anime chino, figurines de sacerdotes taoístas y amuletos en puertas y ventanas. Nuestro cuarto estaba en el tercer piso. Podíamos ver toda al calle desde el pequeño balcón que teníamos. La casa la había rentado nuestro amigo Brian con su amiga Koy, por 20 días nos dieron techo, un sillón cómodo donde ver la tele, Internet y acceso 24hrs a la sala con aire acondicionado, que más se le puede pedir a la vida.

Nuestra calle Yen Chit

Nuestra calle Yen Chit

 

Nuestros días comenzaban con una caminata por las pequeñas calles del barrio hacia la calle principal. Sobre la calle principal podías elegir entre una infinita variedad (al menos así lo percibíamos) de comida callejera Tailandesa. Mi menú favorito era el del pollo rasado que lo acompañábamos con una ensalada de papaya, arroz pegajoso, distintas salsas de esplendoroso sabor y variedad y si el hambre no cesaba cerrábamos con un Kah Pao (carne de puerco con basilio y chile) o rollos primavera fritos.

La Comida Calejera es para todos

La Comida Calejera es para todos

Los locales ya nos identificaban. Había una linda viejita que siempre nos daba una porción más grande de arroz de lo normal, nos daba gusto cooperar un poco con su economía. Al parecer le caíamos bien. Así que si el día no se perfilaba para comer pollo, podíamos elegir entre los currys, las sopas y hasta brownies de queso que vendían en la panadería a tan sólo 5 minutos caminando de la casa. Ya sea comida tailandesa, vietnamita, china o del mundo del oeste, nuestro barrio ofrecía un manjar en cada esquina al valor por nuestro dinero (Un promedio de 15 M.N/ 1.20 USD por plato por comida).

El Pollo

El Pollo

Después de llenar nuestras barrigas solíamos caminar un rato por el barrio y visitar uno de los lugares más surreales que mis ojos han visto, a tan sólo una cuadra de la casa.

Éste lugar a primera vista parecía un parque bien equipado, un gimnasio con pesas, dos canchas grandes baloncesto, otras dos más para sepak takraw, rutas para hacer jogging, un patio de juegos para niños y varias barras con karaoke al aire libre. Lo curioso o lo escalofriante es que aparte de ser el centro recreativo de mi barrio en medio de la ciudad de Bangkok también era un cementerio. En mi lista del viaje ya puedo decir que corrí, tire un par de canastas y hasta cante la de Let it Be de los Beatles en medio de criptas y altares. ¿Y saben qué? me divertí, lo tengo que reconocer. Este pulmón citadino/centro deportivo/karaoke para los de mi barrio se conoce bajo el nombre del Tie Chew.

Tie Chew

Tie Chew

Aparte de éste gran lugar, la selección gastronómica hay otras cosa que hace de mi barrio uno muy especial. Aparte de gozar con una ubicación céntrica, pero lejos del centro financiero y la vida aburrida de centros comerciales esta rodeado de tres distintos templos de tres distintas religiones Un buen día Brian nos dio un pequeño tour por estos templos que rodeaban la casa. Ingresamos a la Mezquita, visitamos el templo Budista y cerramos la peregrinación religiosa con una visita al templo Hinduista. Solamente nos falto entrar a la Iglesia que estaba tan sólo a 5 minutos del templo budista, pero el calor era insoportable y mejor decidimos tomar un refrigerio en muchos de los 7Eleven que hay por el barrio. La reflexión más importante que ese día nos dejo fue la de preguntarnos porque mucha gente insiste que varias religiones no pueden convivir dentro de un mismo país, aquí en nuestro barrio jamas escuchamos que esto representará algún problema. De hecho jamas nos sentimos inseguros al caminar sus calles.

Let It Be

Let It Be

 

Se juega entre las criptas

Se juega entre las criptas

Que se arme la Tercia

Que se arme la Tercia

Haber tenido la oportunidad de vivir aquí por un tiempo me hizo sentirme feliz por mi amigo Brian. Había logrado encontrar un barrio en donde la gente se sentía feliz de vivir ahí y lo transmitían en sus calles. Una gran lección que aprender de ellos, pues no importa donde uno viva, la belleza del lugar lo hace la gente no los edificios que lo rodean. Más que en un barrio me sentí en una comunidad. Yo espero que algún día pueda regresar a Bangkok y disfrutar del barrio una vez más.

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The Strongest Man of the Hood

The Strongest Man of the Hood

The Chinese Temple

The Chinese Temple

Yes a Cemetery 048 052

Jogging in the Cemetery

Jogging in the Cemetery

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The View from our Home

The View from our Home

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