Tijuana, BC, México, Marzo, 2016
Pedaleando en USA
Nuestros últimos días en Vancouver las pasamos como en familia. Caminando por esta bella ciudad. Vancouver esta llena de árboles, arquitectura con influencia victoriana que se puede ver en sus construcciones con ladrillo rojo. El otoño estaba a la orden y las hojas de los árboles adornaban de color rojizo las calles de la ciudad. El pequeño Kin era cada vez más adorable. Aprovechábamos el día para sacarlo a pasear por la ciudad. Es curioso como puede pasar el tiempo y aún se siente como si fuera ayer. Sobre todo con los amigos de verdad.
Cada vez que podíamos Kenji y yo comprábamos cerveza a granel con nuestro Growler (así le llaman al envase de cristal con capacidad de 1.9 litros). En Vancouver al igual que muchas ciudades en por la costa del Pacífico, puedes comprar un envase de ese tipo y llenarla de cerveza en cualquier cervecería o incluso tienda de autoservicio que vendan cerveza de barril, delicioso. Nos íbamos a sentar a un parque y a platicar. El tiempo de despedirnos llegó. Canada se había acabado y por fin entrábamos a los Estados Unidos de Norte America.
Un país al que le tengo un cariño muy especial, ya que fue ahí donde estudie mi primaria, fui a mi primer gran concierto de rock y la casa de mi equipo favorito del deporte que más amo Fútbol Americano, me refiero al glorioso equipo de los San Diego Chargers. Aunque para mí era muy claro que estábamos en territorio Seahawks al entrar al estado de Washington.
Y así en un abrir y cerrar de ojos estábamos cruzando a EUA. Y lo digo literal, porque tomamos el tren de Vancouver a las afueras de Seattle. Me dormí en Canada y cuando me desperté dos horas después ya estábamos en USA. La razón muy simple quería ver a mi primo y 200 km en un día no lo íbamos a lograr. Así que nos subimos al tren y llegamos a tiempo para verlo, un costo muy bajo para re-econtrarnos con mi querido primo Arturo, siempre nos ha apoyado en nuestras loqueras. De todos los miembros de mi familia, él ha sido el que más hemos tenido la oportunidad de ver, viaja mucho y conoce mucho por su trabajo. Mi primo nos invitó a comer y nos pago el cuarto del hotel, nos la pasamos super.
De ahí pedaleamos unos 45 km hacia la ciudad de Seattle, Washington. La entrada a la ciudad sólo se puede describir como una chulada. Seattle ha hecho mucho para hacer de su ciudad optima para recorrerla en bicicleta. Existen varios caminos en bicicleta por toda la ciudad. Y uno de ellos la atraviesa de norte a sur, y esa fue la que tomamos para entrar. El camino esta bien señalado, y evita andar por calles donde hay mucho tráfico. También había mucho arte en el tramo, es decir murales y detalles que se veían habían estado hechos por artistas para decorar el camino. Después me dijeron que el municipio requiere que el 5% de la inversión de caminos en bici se vaya para decorar el camino de bicicletas, wow.
Pedaleando por USA en Washington
Pedaleamos a gusto, disfrutando de la ciudad. Una ciudad que esta creciendo gracias a la inversión de empresas relacionadas con la tecnología e internet. Recientemente Amazon se mudo aquí y pues ya esta Microsoft, Boeing, y Adobe. Es sin lugar a duda una ciudad rica en todos los sentidos. En Seattle nos esperaba Eda, nuestra amiga truco-americana que conocimos en Fethiye. El re-encuentro fue muy emotivo. La vimos en Turquía y nuevamente al otro lado del mundo. Nos quedamos varios días con ellos, desayunando comida mexicana, caminando por la ciudad y visitando las playas de Oregon, al menos para verlas porqué el agua es demasiada fría para mi.
En Seattle visitamos el mercado Pike Place, muy famoso por su selección de pescado y por ser el lugar donde nació una de las cadenas más grandes del mundo del café el famoso Star Bucks. A mi n me gusta ir a Star Bucks, y aquí no fue la excepción nos lo brincamos para mejor echarnos una sopa Clam Chowder, deliciosa, carísima pero deliciosa. A diez dólares la sopa decidimos compartir y con las porciones mega gigantes de USA fue más que suficiente.
También tuvimos la oportunidad de ir a la estación de radio KEXP. Una de las últimas verdaderas estaciones de radio independientes del mundo. La visita fue muy especial, ya que nuestro anfitrión fue el famoso DJ Chilly, un nativo de USA amante de la música latina. De hecho visita de manera seguida nuestro país en búsqueda de propuestas musicales de calidad. Cuando las encuentra las transmite en su programa El Sonido Chilly. Entre sus grupos favoritos del momento se encuentra Café Tacuvba y 60 Tigres de nuestro país. De hecho los ha llevado a tocar a Seattle. Siempre esta suave saber que alguien se toma el tiempo para difundir lo mejor que hay en latino america, gracias DJ Chilly.
En Seattle también tuvimos la oportunidad de re-encuentrarnos con nuestros amigos Tara y Ben. Una pareja de músicos que conocimos durante las locas noches del Song-Kran, la fiesta de agua en Tailandia. Habían pasado dos años desde esa vez y ya nos habían dicho que si pasábamos por la costa oeste de USA tendríamos que visitarlos. Dicho y hecho, la pasamos un par de días con ellos tomando cerveza en su casa, jugando juegos de mesa y visitando el barrio alternativo de Seattle. Nos llevaron a un lugar donde se puede ver toda la ciudad, una vista muy romántica que me recordaba a la famosa película de Sleepless in Seattle. Ben conoce unos lugares de comida increíbles y pues comimos como cochis.
Nos despedimos una vez más de amigos, a seguir nuestro camino. El estado de Washingotn no es muy grande. En tres días saldríamos de él. Lo más difícil de Seattle fue salir de la ciudad. Pedaleamos 80 km y aún sentíamos que estábamos dentro de la zona metropolitana. Planeamos mal, sobre todo porqué no había mucha luz del sol, y sudamos la gota gorda para llegar con nuestro Warmshower. Pero llegamos, a duras penas y de noche. No nos gusta andar de noche, pero cuando no tenemos otra opción tratamos de poner todas las luces posibles.
Afortunadamente no había mucho tráfico. Cuando llegamos a nuestro destino (un Warmshower) nos dimos cuenta que era un portón eléctrico grande. No teníamos su teléfono y para entrar tuvimos que esperar a que saliera un carro, era un lugar de gente que se veía que tenía dinero. Nos veían raro la verdad, entrando con las bicis mugrosas, pero después de media hora de ambular por la vecindad de casas llegamos!
Nos dieron la bienvenida nuestros Warmshowers Erica y su amigo de Alemania Philip. No hubo mucho tiempo de platicar con ellos, nos mostraron un lugar en su vasto jardín en donde poner nuestra casa de acampar y la siguiente mañana nos fuimos temprano dirección Portland, Oregon. La capital de bicicletas en Norte America. De hecho hay un camino trazado el famoso STP Seattle to Portland en bicicleta. Un paseo de más de 300 km que se hace anualmente y del cuál puedes seguir la ruta siguiendo las señales con esténcil que están marcadas sobre el pavimento.
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