Pedaleando en USA: Estado de California

Tijuana, Baja California, México, Abril 2017

Pedaleando en USA: Estado de California

Me sentía en el patio de mi casa: California. Yo crecí en los gloriosos 90`s en Tijuana, la época de Nirvana, las TMNT (Teenage Mutant Ninja Turtles), Jordan vs Magic Johnson, la guerra de Irák y la cúspide de MTV (ahora pienso que es pura basura). En los 90´s no había tantas restricciones para cruzar a USA como las hay hoy, es más podías pasar sin visa, recuerdo que tan sólo le decías al oficial ¨America Citizen¨y te dejaba pasar. En Tijuana prendías la tele y podías ver CBS, NBC, FOX y ABC sin tener cable pues estaban al aire. El inglés todos los días en tu televisión. Es verdad ser de Tijuana te hacia un poco gringo, absorbíamos mucha de la cultura de la T.V y sobre todo de las visitas a sus catedrales del consumo: los malls gigantes. En fin California sin querer aceptarlo mucho había sido gran parte de mi vida y ahora después de 5 años de haberme ido y regresar, se sentía bien estar en la antesala de mi casa.

Para este entonces ya éramos cinco, Annika, Willow, Jeff, Jesse y yo. A todos lados íbamos juntos. Nuestra primera parada sería Arcada, un pueblito muy famoso por ser la capital del hipsterísmo mundial. Arcada, me encantó, quizá soy hipster y no lo acepto. Un pueblito muy pintoresco y con varios caminos para pasear en bici. Había tiendas de música, de comida deliciosa (mucha vegana y vegetariana) y dos o tres talleres de bicicleta bien equipada.

Nos quedamos una noche ahí con nuestros anfitriones de warm showers Micheal y Wendy. Wendy es una doctora ahora comprometida a escribir un libro sobre las acciones que uno puede hacer para combatir el cambio climático. Tuvimos oportunidad de hablar con ella sobre el tema y nos deslumbro con el conocimiento del tema. El siguiente día nos invitaron a un desayuno comunitario, donde nos invitaron la comida. Las ganancias del desayuno irían a la mejora del vecindario, que por cierto era hermoso. Nos despedimos y nos reunimos con nuestra manada Jeff y Jesse. Willow había tomado otro rumbo y se preparaba para regresar a Canada.

Pedaleando en USA: Estado de California

Justo después de salir de Arcada el paisaje cambio, estábamos ante la entrada de los famosos bosques rojos, casa de árboles monumentales que se imponían a nuestro alrededor. Antes de entrar al parque nacional de los Red Woods nos topamos con Bernardo y Natalia, una pareja de chilenos que también viajan en bicicleta, compartimos fotos y tips en un café sobre el resto del camino a San Francisco.

Entramos a los bosques rojos y todo ese trayecto se caracterizo por el éxtasis total. Si bien es cierto que las subidas y bajadas no eran fáciles, el trayecto era hermoso. Hojas rojas tapizaban el suelo en el campamento, paradas para tomar un té y un pastelillo, vistas hacía el mar, árboles tan grandes que era imposible abrazar entre los 4 y lo mejor de todo un clima que nos permitía pedalear a gusto.

Durante todo el trayecto a San Francisco, Jeff, Jesse, Annika y yo habíamos desarrollado una pequeña rutina de pedaleo. Nos despertábamos temprano, pasábamos por un té o café, pedaleábamos hasta el medio día Ahí parábamos por un pastelillo y ellos por más café y seguíamos hasta la tarde. Llegábamos al campamento, poníamos nuestra casa de acampar, y comíamos. A veces cocinábamos entre todos o a veces comprábamos comida, dependiendo que tan buena se veía. Encontramos unas hamburguesas super ricas una vez y hasta la acompañamos con una rica cerveza.

Pedaleando en USA: Estado de California

Después de los bosques rojos, pasamos por uno de los tramos más difíciles de California. Este tramo contaba con subidas y bajadas cerradas cada 5 kilómetros. Era una especie de tortura ver la subida que tenías que subir un poco antes de tomar la bajada. Eran de esas subidas y bajadas en curva donde ves todo lo que te va a tocar sufrir. Lo hicimos como 7 veces, en una de ellas la subida estaba tan empinada que a Annika se le fue para atrás la bicicleta, mejor se bajo y camino.

Al final de la pesadilla lo habíamos logrado, habíamos llegado a San Francisco! Ahí nos quedaríamos una semana re-encontrándome con amigos que no había visto desde hace mucho tiempo. Gabriel mi amigo de la secundaria que ahora trabajaba en San Francisco. Gabriel nos invito a comer comida Peruana y a caminar en una de las tantas playas de San Francisco. También vimos a Héctor, amigo mío de la primaria que ya tenía años viviendo allá. Héctor nos llevo a su parque favorito Convivimos mucho con Jeff y Jesse. Les hice de comer comida mexicana y hasta fuimos al cine a ver El Marciano. Después de una semana en San Fran continuamos con nuestro viaje hacia el sur.

De San Francisco en adelante regresamos a ser dos nada más. Era finales de Octubre y para nuestra suerte llegamos en Halloween en el legendario pueblo de sur San Cruz, CA. Annika y yo habíamos comprado un par de disfraces en esas tiendas de segunda mano. Ella se compro una mascara de opera y yo un set de ropa que me haría ver como un verdadero surfo (al menos al estilo de las caricaturas ahh y un poco gordito). Lo que no sabíamos es que en Santa Cruz el Halloween se celebra en serio, y esa noche había fiesta. Así que decidimos quedarnos en el pueblo y disfrutar la noche llena de disfraces.

En la noche habían cerrado las calles principales del centro del pueblo y había un mar de gente, todas vestidas de disfraces creativos de todo tipo. Ví a He-Man, Batman, los Muppets y hasta el fantasma mas temido de todos, el fantasma del Gluten!! buhhh. (era un hombre con una sabana blanca que decía Gluten). Si USA nos había tratado de maravilla durante todo el camino de Seattle hasta aquí, esta fiesta termino por cerrar mi percepción de que USA es un país sumamente hermoso,divertido, creativo y lleno de buenas personas. No cabe duda que me había tocado re-descubrir USA y me había conquistado. Al siguiente día desayunamos un burrito mega gigante de carne asada y seguimos nuestro camino hacia la siguiente etapa: El Big Sur.

El Big Sur es una sección dentro de la carretera num 1 donde hay varias vistas hacia el mar. Nuevamente pudimos presenciar vistas a acantilados imponentes. No importan cuantos acantilados vea en mi vida, siempre me van a fascinar. Cada carretera que pasa por la costa tiene una alma que se comunica contigo y te dice ¨alégrate de estar vivo”. Y ha sido tantas veces que me lo han dicho que ahora lo escucho hasta cuando no estoy pedaleando. Podría describirles más sobre este lugar, pero mejor les muestro varias fotos, creo que es mejor.

Dejamos el Big sur y poco a poco nos acercábamos a la ciudad de Los Angeles, prácticamente casa.

Entre Big Sur y Los Angeles, conocimos a Murdoch, un bombero que nos hospedo en su casa y nos obsequio un set de comida MRE (meal ready to eat), un kit militar cargado de 3,000 calorías. Suficiente para las dos. También paramos en Santa Barbara donde Doug prácticamente nos secuestro de la manera mas amigable posible. Nos paro en medio de la carretera y nos llevo hasta su casa donde nos cocino unas hamburguesas y el siguiente día nos invito a un Party Bus que pasaba por los viñedos de Santa Barbara. Es increíble la generosidad de estas personas, de hecho su esposa Marion nos obsequio granola que ella mismo hizo y nos preparo un lunch antes de irnos. Nuestras experiencias en el Sur de California fueron totalmente abrumadoras.

Y así los días pasaron y sin pensarlo mucho, ya estábamos en Los Angeles donde llegamos con nuestro gran amigo Mark Kanigowski en Redondo Beach. Y después de quedarnos unos tres días con él zarpamos hacia el sur donde nos duro tres días llegar a la ciudad de Tijuana, B.C. Ah claro no sin antes ser invitados de manera espontánea nuevamente por Lisa y Neil en San Clemente, CA. Fue ridícula la cantidad de gente super linda que nos toco conocer en lugares donde jamás creí poder tener amigos en el futuro.

Y así después de 5 años, 3 de ellos viajando en bici, 1 de ellos viviendo en Nueva Zelanda llegaba a mi querida Tijuana. Recibida por su gente, por ciclistas que nunca había conocido pero que me recibieron como si fuera su amigo.