Pedaleando la hermosa Baja California hemos descubierto Tres Joyas Desconocidas de Baja California: Puertecitos, San Luis Gonzaga y Bahía de los Angeles.
Tres Joyas Desconocidas de Baja California
Puertecitos
A unos 90 kilómetros de San Felipe dirección sur uno llega a Puertecitos, Baja California. Este poblado esta compuesto por Mexicanos y una comunidad importante de extranjeros que han encontrado aquí un pedazo de paraíso de donde escapar del invierno. Unos 5 kilómetros antes de llegar al poblado paramos en un bar llamado el COWPATTY, un bar fundado por Richard. El bar parece que estuviera situado en los Estado Unidos, se tocaban los Beach Boys y habían al menos unos 6 locales de USA que viven en Puertecitos. Richard nos obsequió un par de hot dogs y una cerveza a cada quién.
El poblado completo fue fundado por en 1957 por el señor Rafael Orozco Esquivel. Su sueño era convertir a este lugar en un santuario natural donde la gente pudiera relajarse y pescar. Gran parte del atractivo de éste lugar lo dan las piscinas naturales que se forman en pozos que atrapan el agua de ma y se mezcla con las aguas hirvientes y ricas en minerales. Nosotros lo pudimos disfrutar ampliamente, pues después de 90 kilómetros de pedalear las aguas termales nos cayeron de perlas! La persona encargada en mantener el espíritu del lugar intacto es la Lic. Clara Orozco Esquivel, hija de Rafael.
La otra parte es la zona de acampar con palapas que rodean una bahía que se ve primorosa. Aquí en verano la luz se va a las 10 de la noche y el agua es un recurso que se cuida ya que cuesta mucho dinero traer agua al lugar. Ahí conocimos a Luz y Jose, una pareja de retirados México Americanos. Nos la pasamos cotorreando sobre la belleza de éste lugar y hasta nos obsequiaron un par de sandwiches. Ese día nuestra casa de acampar lucía como una casa de ensueño.
San Luis Gonzaga
La Luna Nace
A otros 80 kilómetros de Puertecitos y varias subidas y bajadas llegamos a San Luis Gonzaga. Un pueblito en donde sólo hay una tienda, una gasolinera y varios restaurantes y palapas donde acampar alrededor de la Bahía. Ese día llegamos tarde justo al atardecer. El dueño de las palapas nos dió la oportunidad de acampar en una de las palapas. El clima era bastante agradable y decidimos poner nuestros tapetes para dormir sin la casa de acampar. Cometimos un pequeño error, pero valió la pena. Al caer la noche poco a poco vimos como una a una se iluminaban las estrellas.
La Belleza de la Bahía
Las Palapas para Acampar
Nuestro Acampamento
Las aves volaban sobre el fondo azul y negro del cielo del atardecer. La Bahía con tonos plateados del reflejo que daba los últimos rayos del sol. Saque mi cámara y empezamos a tomar varias fotos, sobre todo unas que resaltarán las estrellas. No sabía que horas eran, mi cuerpo me llamaba a dormir, pero me resistía. Quería ver más de la noche y entonces sucedió. En el horizonte vimos como una luz se asomaba al mar. Era la luna, que salía de entre la oscuridad. Jamás había visto tal espectáculo, el resplandor de la luna. San Luis Gonzaga nos había conquistado para siempre. Durante toda la noche el viento sopló y despertamos prácticamente empanizados en arena, pero todo había valido la pena.
El Amanecer en la Bahía
Bahía de los Angeles
Llegando a la Bahía de Los Angeles
La bahía estaba a 66 kilómetros fuera de nuestra ruta. Nuestras ganas de conocerla nos llevó hacía ella. En un camino hermoso lleno de flora endémica. Entre ella el cirio, el amo indiscutible del desierto. Bahía de los Angeles es famosa por muchas razones, entre ellas es el punto de partida hacia las diversas islas e islotes a los que uno puede visitar si se paga un impuesto especial.
Cirio más viejo que tu y que yo
Aquí uno puede nadar con la fauna silvestre del mar, ver a los lobo marinos en su hábitat natural y si estas de Junio a Septiembre puedes ver el tiburón ballena. Lamentablemente llegamos demasiado temprano a la temporada, pero si snorkeleamos alrededor del muelle y la vida debajo del mar es muy rica aquí. Yo vi pezes de distintos colores sobre todo unos negros con amarillo, se veían muy amigables.
El Camino en el Desierto
También tuvimos la gran oportunidad de ir a las pinturas rupestres en medio del desierto. Luz Maria, Rosa e Isaias nos llevaron a conocer este lugar inexplorado por muchos. Tomamos calles que sólo camionetas y carros 4×4 pueden tomar. Llegamos a un monte rocoso en medio del desierto. El monte estaba situado estratégicamente para proveer de sombra durante toda la tarde. Había un árbol con sombra y el lugar estaba lleno de pinturas rupestres. Entre las formaciones rocosas más impresionantes era la de un espacio que parecía una puerta gigante. Se podían encontrar muchas pinturas a su alrededor, me pregunto si había alguna historia mágica que los nómadas oriundos de estos lugares querían compartir a través de sus pinturas.
Después de admirar el trabajo de nuestros ancestros nos dirigimos a buscar el Cirio más alto de la zona. El Cirio es una planta endémica de Baja California y crece 1 metro cada 27 años. Ubicamos uno que media fácilmente unos 18 metros, un viejo de 486 años. Si el cirio pudiera hablar. Esa es la magia del desierto. Nos fuimos cerca del atardecer, nunca nos vamos a olvidar de Bahía y sus sorpresas.
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