País: China
De Xi’An a Emei Shan
Jornadas sobre la bici: 3
Kilómetros en bicicleta: 187,34
Media de kilómetros por día: 62,44
Total de kilómetros en bicicleta hasta Emei Shan: 8066 km
Total de días hasta llegar a Emei Shan: 473
Lección aprendida: El bote de basura no existe. El piso es a donde se debe de tirar todo.
Lo Chusco:”¿Cómo te duchas?” Pregunta de un ni;o inteligente de 4 años de edad.
El Milagro: La blanca Navidad en la montaña budista
Lo que comimos: sopas de fideos, fideos fritos, salchichas y pan alemán
El Mayor obstáculo: Resistir a la tentación de robar uno de esos bebés panda de peluche muy esponjosos
El tren de Xi’an, mejor conocida como la ciudad mas China de toda China, Chengdu tardó 16 horas. En comparación con el autobús 55 horas que habíamos tomado antes.
Nuestra primera estación en Chengdu fue la consigna. Habíamos enviado nuestras bicicletas en tren desde Kashgar, porque no había espacio en el autobús para llevarlos con nosotros. Ahora por fin podíamos rodar nuevamente. Nos esperábamos un gran caos al recogerlas; documentos que llenar, formularios y nuestras bicicletas hechas pedazos. Nada de eso, tan sólo llegamos mostramos nuestro comprobante de pago de envío, una escaneada a la etiqueta con láser y nos entregaron todo sano y salvo.
Andar en bici en Cheng Du o en cualquier ciudad grande en China es muy facíl, siempre tienen carriles enormes para los ciclistas. Pasamos nuestras noches en la casa de Dhane en el sur de la ciudad. Dhane originalmente viene de los EE.UU. Él ha viajando por Asia por más de 20 años y ya no piensa volver a los EE.UU. En su casa había otros dos huéspedes: Patrik de Suiza y Jinjin de China, una pareja que pronto se irá a vivir a Corea del Norte.
En Chengdu nos reunimos con Marco del cónsul alemán y su hermosa familia que nos ayudaron a contactar y organizar platicas en escuelas . Gracias a él ya los maestros de las escuelas tuvimos la gran oportunidad de realizar presentaciones sobre el tema de viajar en bicicleta y como ésta actividad ayuda a fortalecer la empatía social. En total dimos 4 platicas, 3 a escuelas y una en un café llamado Book Worm.
En la escuela QSI hablamos con un grupo grande de niños 12-15 años de edad procedentes de China y de otros países, en el Colegio Eton, tuvimos un grupo igualmente mixto, pero más pequeño niños entre 3 y 5 años. En la Escuela Experimental impartimos la platica a jóvenes chinos de 15 a 17 años de edad que hablaban alemán.
Llevamos a cabo una cuarta presentación en un lugar popular para los extranjeros: Book Worm. Todas las presentaciones fueron un éxito y estamos planeando en realizar mucho más de ellas en el futuro.
Couchsurfing y warmshowering siempre nos han ayudado a experimentar realmente la vida cotidiana en un país distinto. Y andar en bicicleta también, ya que nos vemos gratamente obligados a experimentar el país de una manera distinta, desde pedir agua hasta convivir con familias en las zonas rurales.
Las personas que nos visitaron en el Book Worm mostraron mucho interes a nuestra platica. Nos hicieron varias preguntas curiosas como: “¿Acampan seguido?, ¿cómo te duchas?”, “¿Cómo se las arreglas para cargar sus artículos eléctricos como las cámaras?” O “¿Cómo obtienen todos los visados? “.
En Chengdu tuvimos la oportunidad de visitar el centro de cría de pandas gigantes de Cheng Du. Ahí pudimos ver a los pandas en cautiverio. Sobre ésta historia habrá más en un futuro próximo, estén pendientes. Yo me enamore de un panda bebe que me miraba a través de un cristal de protección. Si hubiera podido me lo hubiera robado!
Dos días después viajamos en camión a Leshan en donde renovamos nuestras visas y visitamos la escultura de Buda más grande del mundo. Sobre éste tema también habrá más en el blog.
Finalmente pasamos unos días más en Chengdu. Aquí la ciudad es muy interesante. Hay gente por todas partes, siempre. Los centros comerciales estan siempre llenos, y ni se diga de los KFC´s. Aquí muchas calles se sienten como en los EE.UU. Con anuncios luminosos y tiendas de marcas internacionales.
Justo antes de Navidad partimos hacia nuestro siguiente objetivo. Nuestras bicicletas estaban listas para volver a rodar y nuestros ánimos también. El pueblo de Emei Shan fue nuestro primer objetivo de viaje. Nos llevó un día entero salir de la zona industrial de Chengdu, pero finalmente salimos.
Después de varias horas de pedalear por fin llegamos a la zona de granjas, árboles y el silencio.
Justo antes de la puesta del sol encontramos un campo donde acampar. Pedimos permiso al dueño pero al final nos ofreció un lugar en el piso de su casa para poder dormir.
Nuestro anfitrión nos invitó a cenar con él y con sus vecinos. Acostumbrados a la cocina de Sichuan picante y grasosa, nos deleitamos con el banquete que nos había ofrecido. Los hombres fumaban cigarrillos mientras debíamos una taza de licor chino. Roberto y yo pusímos los huesos de la carne en la tacita delante de nosotros hasta que nuestro anfitrión nos explicó cómo hacerlo mejor. Todo al piso. No importa si estuviéramos en un restaurante o una casa particular: el piso es el mejor lugar para poner los restos.
A la mañana siguiente continuamos temprano. Poco a poco nos fuimos de edificios altos y paseamos por las colinas y los árboles, granjas y campos. Era Nochebuena y habíamos reservado una habitación en un hotel en Emei Shan, así que pedaleamos duro y 100 kilómetros después llegamos.
En vez de cocinar una gran cena de Navidad comimos pollo y arroz chino y nos fuimos a la cama a descansar.
Emei Shan es famosa por ser la base de una de las cuatro montañas sagradas del budismo. Nuestro plan era pasar la noche de Navidad hospedados en un monasterio budista. En total pasamos dos noches en la montaña a 0 ° C, fuimos atacados por un mono salvaje, caminamos en medio de la nieve y disfrutamos de la vista más hermosa que jamás pudiéramos imaginar.
La subida hacia la cima no fue facíl, pero el premio fu mucho mayor del costo de nuestro cansancio. Roberto subio casi toda la montaña con la mochila al hombro. Los dos nos sentimos muy felices al llegar a la cima.
Después de pasar tres días en la montaña, regresamos al hotel a lavar y secar la ropa y preparar la ruta para seguir al suréste.
Wow, it must’ve been a great experience to talk with all those kids. No wonder why you want to do this again!
Hello Héctor!
It was great to see them so very interested in our project. They kept asking us more and more questions and we could have stayed with them for days.
I hope we cann arrange more presentations in the future.
Annika