Uzbekistán: La de Familia de Gulcheza

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Uzbekistán, Noviembre, 2012

Conocímos a Gulchenza y su familia en Uzbekistán. Una bella familia que toco nuestros corazónes por la manera en que nos mostraron su hospitalidad. 

Nuestro objetivo es promover el viaje en bicicleta como un medio para fortalecer la empatía social. Una buena manera de hacerlo es buscar oportunidades de convivir el tiempo con familias locales acampando en sus tierras. Así que después de andar 85 kilómetros ese día encontramos un lugar perfecto para hacerlo. Una pequeña casa donde una mujer y su hija chapeada reagrupaban el ganado a dormir.

Las aborde de la manera mas amable que pude, “Mi nombre es Roberto”, les dije lentamente en inglés. “Ella es mi esposa Annika”, le presentan con ese título para evitar confusiones y explicaciones sobre por qué vivimos juntos y aún no hemos atado los hilos. “Somos ciclistas de México y Alemania”, ambos apuntábamos a nuestra bicicleta y al mismo tiempo pedaleando en el aire. Luego inhalé un poco de aire y pregunté la pregunta con esperanza de que entendieran un poco de turco debido a su cercanía con Turkmenistán y Tayikistán.

Our Outdoor Bed

“Burda Bir Aksam chadır, var problema?”, Que literalmente quiere decir: Aquí una noche carpa problema?

This blanket was hand made from Gulchenza's mother.

La mama de Gulchenza tejio esta cobija a mano.

A pesar de nuestro turco muy pobre nos entendió. La señora de mirada firme y arrugas en su rostro nos invito a seguirla. Nos guió a nuestra área de descanso, que es básicamente era un soporte de madera del tamaño de una cama king size acolchado con colchonetas que Jamshio, la señora de las arrugas, tejió. Una obra textil maravilloso digna de admiración.

Mientras preparamos nuestro campamento, Gulcheza se gano nuestro corazón. Con una cara sonriente y las mejillas enormes que decían mucho sobre su personalidad Gulcheza ,la niña de 9 años, nos ofreció yogur y pan caliente recién salido del horno de piedra. Annika y Gulcheza se hicieron amigas casi de manera instantánea.

Le mostramos sus nuestras bolsas de dormir, pero ella parecía estar mas entretenida con nuestra mini cocina. Annika le explico cómo funcionaba mientras ella reía. Después de unos minutos de verla y jugar con ella, las niñas entendió rápidamente el mecanismo de la cocinita portátil. Yo tomé mi cámara para tratar de documentar los momentos de unión entre estas dos mujeres sonrientes.

Gulchenza and Annika

A medida que el sol se escondía y el trabajo en la granja se terminaba, el resto de la familia llegaba de los campos a la casa. Tres hermanas más, un hijo varón y el jefe de la familia, Nemat un hombre regordete en sus 60´s que nos invitó a cenar y tomar vodka.

Después de insistir durante un buen rato a que nos uniéramos a la cena familiar accedimos. Nos sentamos en el suelo, pero comimos en una mesa que era lo suficientemente alta para poder extender las piernas por debajo. Nemat le sirvió vodka a Annika, Jamshio y a mí, pero para mi sorpresa, él no se sirvió a el mismo.

Gulcheza, esta curiosa de todo.

Tomé un trago del vodka. Me quemó la garganta como ácido puro. No me gusto. De repente una de las hermanas puso sobre la mesa una olla grande llena de Somas, uno de los platos tradicionales de Uzbekistán. Somsa es una “empanada” rellena de carne y cebolla. Había uno para cada uno en la mesa. Annika y yo nos sentimos contentos de saber que había suficiente para todos. La familia parecía muy contenta de tenernos en la mesa. Nosotros nos sentíamos igualmente honrados. Annika bromeaba un poco con la comida con Gulcheza. Yo le comente a Jamshio que pensaba que su hija era muy inteligente. De alguna manera me entendió y asintió la cabeza señalando un sí gigante. Al finalizar la cena fuimos testigos de la importancia del padre en la familia. El señor se levanto sin dificultad del piso y se preparó para traer de vuelta a las ovejas que faltaban. Sus hijas, más grandes Anora, Oynuz y Jamshio rápidamente se pararon para asistirlo a que se pusiera su ropa.

Llegó la hora de dormir. Dimos las buenas noches a la familia y nos fuimos a recostar a nuestra cama al aire libre. Las estrellas parecían particularmente brillantes de la noche. Otra noche maravillosa que pasé con una familia amorosa. Yo no podía entender qué más podría desear un ser humano. Una familia que te quiera y te proteja.

 

Gulchenza's Family

Todos cenamos muy rico esa noche.

A la mañana siguiente me levante temprano para tomarles fotos. Le pedí a la hermana mayor que me escribiera su dirección. En cuánto llegará a Tashkent deseaba enviarle las fotos.

Cargamos nuestras bicicletas y partimos lentamente dirección norte sobre la carretera. “Espero que las fotos le lleguen”, me dije a mí mismo. A veces creo que nosotros nos elegímos a las familias, sino que las familias nos eligen a nosotros. Qué grande es viajar en bicicleta, no puedo imaginar que esto suceda si estuviera viajando en autobús.

Más del 60% de la población de Uzbekistán vive en comunidades rurales densamente pobladas.

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  1. Hector says:

    Simplemente maravilloso!

  2. Pingback: Uzbekistan Family: Gulchenza | Tasting Travels

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