Los Rostros de la Esperanza

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Kratie, Camboya,  Junio 2013

Es el verano de 1970, la gente de Laos ya están acostumbrada a escuchar explosiones de vez en cuando en su bosque y , en los peores casos, cerca de sus hogares. En estos tiempos es impensable vivir cerca del camino de Ho Chi Min. La guerra fría los ha golpeado muy duro y muy pocos saben lo que realmente esta sucediendo. La CIA y el ejército de EE.UU. disfrazadas de falsa compañía aérea por el nombre de Air America, descarga de sus aviones cargamentos con ayuda humanitaria arroz, medicina y en muchos otros casos la otra cara de su agenda oculta: B-52´s, bombas para ser más exacto. Su objetivo era reducir el suministro de armas y bienes hacia el sur de Vietnam a través de la ruta Ho Chin Min, el camino utilizado por el Vietcong para alimentar sus esfuerzos contra los rebeldes del sur y el ejército de EE.UU. El otro objetivo de esta estrategia incomprensible de muerte era para frenar al grupo comunista de Laos bajo el nombre de Pathet Lao y con ésto apoyar al Gobierno Central de Laos, encabezada por el rey Savang Vatthana.

Diferentes fuentes en el Internet y guías estiman que una bomba B-52 impactó el territorio de Laos cada 8 minutos durante las 24 horas al día entre los años de 1964 y 1973. Un total de 260 millones de bombas fueron lanzadas, de las cuáles 80 millones de ellas no explotaron en su momento. Estas bombas cautivas pero peligrosas, siguen estallando hoy en día dejando un legado de muerte y destrucción sin que nadie se haga responsable. Estas bombas también han afectado al desarrollo de la tierra para la siembra. Especialmente en el Bolaven Plateu, donde la ruta Ho Chi Minh se encuentre.

Se dice en la guía Lonely Planet que a los medios de EE.UU. se le prohibió mencionar el país de Laos en todas las ramas de su prensa. La eliminación de cualquier rastro de sospecha incluso del genocidio que se está cometiendo por su gobierno se abordaba de esa manera ante el público. Laos es considerado como el país más bombardeado per ciudadano per capital en la historia del planeta y no muchas personas son conscientes de ello. Mi amiga Alejandra Oseguera escribió un maravilloso artículo sobre su experiencia con Milan, un hijo de uno de los protagonistas de la guerra y ahora dueño de un bar llamado Bombie bar El lugar que está lleno de imágenes, documentales y evidencias de la pesadilla que estas personas tuvieron que soportar. Dice que a veces, cuando los estadounidenses aprender sobre esta guerra secreta en su bar, le piden perdón de inmediato. Algunos de ellos, afectados por lo horrible de los hechos, incluso llegan a derramar un par de lágrimas. Jamas se habían enterado de lo que había sucedido.

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Después de tanto terror las consecuencias de la guerra todavía se siente en todo el país. Uno podría pensar que después de todo esto la gente mantendría un rencor a cualquier extranjero que entrará a su frontera por cualquier razón. Recuerdo nuestro amigo Xio, que nos recibió en su casa por una noche, nos dijo que hace no más de 30 años, la gente de los pueblos huía ante la presenciá de los falangs (Lao palabra para extranjero), porque les tenían mucho miedo. Pero ahora, y después de un tiempo muy corto de la experiencia de guerra al pedalear el país los Laos nos ha mostrado que el miedo y casi no existe sino que también mucho de ellos están dispuestos a estirar la mano de ayuda a quien sea. Para mí, esto renueva la esperanza en la humanidad, una esperanza que significa que con el tiempo y la disposición el perdón y la sanación se puede lograr.

Todavía hay mucho por hacer, pero a medida a que entrabamos más en contacto con las personas nos contagiábamos de la amabilidad de su gente. A veces, durante el pedaleo sólo podía pensar en el sufrimiento y la injusticia que el pueblo se vio obligado a soportar. Pero mis reflexiones eran la mayoría de las veces interrumpidas por un energético, feliz y festivo Sabaidee (que significa Hola en Lao) de la gente que nos veía pasar. Sentí culpa por sentir lastima hacia ellos, porque cuando me saludaban podía ver en sus ojos que lo decían lo sentían sin ningún odio a nadie.

Para ellos y para este maravilloso país dedico estas imágenes que representan para mí el espíritu de su gente. Porque ellos me recordaron que siempre habrá esperanza para los que aprenden a ver la luz, incluso en las horas más oscuras.

Un agradecimiento especial a Alejandra Osegura que me dio la oportunidad de degustar y conocer a Phonsavan Milan, aunque nosotros no pasamos por allí.

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  1. Hector says:

    No cabe duda que aún existe esperanza!

  2. Mario Herrera says:

    Interesante articulo ,sorprende la respuesta de la gente hacia los extranjeros y su disposición.después de todo lo ocurrido .
    Te felicito Roberto ¡

    • admin says:

      Que bueno que le gusto ingeniero! Pues ahí andamos la verdad es que la gente ha sido lo mejor del viaje. La fe que le tenemos en tremenda, casi todos los habitantes del planeta quieren paz y armonía, son sólo pocos que se pierden en la ilusión de poder y del dinero.

  3. Roci Herrera says:

    ¡Hola Annika y Roberto!

    Queremos agradecerles profundamente compartir su portentoso viaje, que nos permite conocer -aunque sea pantalla de por medio- las maravillas de nuestro mundo y su gente.

    Desde aquí los leemos con mucho gusto.

    ¡Toda la energía y bienestar para ustedes!

    • admin says:

      Muchas gracias Rocio,

      Acuerdame si tenemos el gusto de conocerte en persona. Estamos para servirte si tienes alguna pregunta con respecto a los lugares que hemos visitado. A nosotros nos encanta compartir lo que conocemos con nuestros lectores. Por cierto tus energias bien recibidas muchas gracias por tu lindo comentario y seguimos en contácto. atte Roberto!

  4. juan carlos says:

    Me enorgullece sobrino el saber que eres una persona humilde y sencilla y que lo mejor de todo haces lo que te gusta, te felicito te mando un abrazo muy fuerte para ti y tu novia dios te bendiga hoy y siempre.

    • admin says:

      Tío muchas gracias por tu comentario. He aprendido de grandes maestros como tú. Te mandamos un gran abrazo y seguimos esperando tu libro!

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